Historias de la salsa – Duelo al atardecer (Cano Estremera vs Domingo Quiñones)

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El Anfiteatro Tito Puente se quedó pequeño para los miles de salseros que fueron testigos del llamado duelo de soneros entre el Cano Estremera, Domingo Quiñones, Lalo Rodríguez y José Alberto ‘El Canario’.

A las 8:00 de la noche ya no cabía un alma más en el anfiteatro, que tiene capacidad para 6,000 personas pero había muchas más. Una hora después comenzó la salsa, con la animación de Néstor Galán, locutor de WZNT-FM, Z-93, organizadora del evento.

Con esos aires de tormenta para los otros tres soneros, comenzó la última parte del espectáculo; el duelo entre los cuatro, todos contra todos. La canción fue Ahora sí, de Ismael Miranda con la Orquesta Revelación en los 70. El cantante Henry Santiago hizo la introducción y entre aplausos y gritos comenzó el duelo final, con el coro “Ahora sí, vamos a ver quién da más”

Domingo fue el primero en atacar al Cano diciéndole que respecto a los supuestos soneos escritos y aprendidos, se fuera “a llorar pa’ maternidad”, en referencia a un dicho puertorriqueño que se dice cuando alguien busca excusas sin peso para justificar alguna derrota.

Fue una batalla intensa, que dejó al Canario y a Lalo fuera de carrera desde el mismo principio. El Cano insistía en que Domingo no puede cantar soneos cortitos y rápidos y que lo único que sabe cantar son versos largos.

Esta parte estuvo un poco desorganizada y en ocasiones quería cantar más de uno a la vez, o ninguno cantaba.

Todo iba de lo más bien, pero en menos de nada, comenzó el Cano con sus diatribas, ofreciéndole a Domingo una “puñalá de carne”. Domingo, ya cansado de los insultos no perdió tiempo en contestarle que “el que habla mucho poco hace y la mitad de lo que hace es mierda”.

El Canario trataba de hacer que se dedicaran a cantar del tema del coro, pero la batalla era tan intensa que pronto él y Lalo se retiraron discretamente y para la euforia del público, dejando a los contrincantes principales en el escenario. Ambos volvieron al rato, pero casi no cantaron. Todos los ojos y oídos eran para el Cano y Domingo.

Fue una lástima que el estilo del Cano siempre desemboque en tan poca clase al cantar. En uno de sus soneos hasta le sacó en caro a Domingo “haberlo visto en el punto”. Es bien sabido que Domingo es un ex-adicto y traer ese punto fue un golpe bajo e innecesario.

Domingo no necesita quien lo defienda y de inmediato le ripostó que “la gente del punto también son el pueblo mío”.

Al final, un sonoro abucheo del público cuando el Cano trató de volver a cantar, le indicó que no siguiera con ese estilo y afortunadamente, lo entendió. Acto seguido, abandonó el escenario dejando a Domingo cantando solo y así concediéndole la victoria.

Gritos de “¡Domingo!, ¡Domingo!, ¡Domingo!”, no dejaron lugar a dudas de a quien el público seleccionó como ganador.

Ya terminado el concierto, El Cano tomó el micrófono y a viva voz le expresó a Domingo: “Usted es un general”.

 

Duelo al atardecer

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